Luego de una seguidilla de comentarios en la página sobre lo que es un verdadero asadacho metal, la cita fue finalmente marcada para el domingo, previa al concierto de Iron Maiden.
Esta vez no hubo problemas de timbres, sólo un seco mensaje vía Whatsapp: “entrá nomás por la puerta del costado”.
Mientras entraba, cargando con mi bolsita de Heineken, escuché el murmullo “más le vale que traiga algo para tomar”, haciendo que infle el pecho y sujete con fuerza lo que llevaba.
Estaban cuatro tipos y una chica, uno de ellos con una túnica negra puesta, todos tomando Pilsen y el Papa Emeritus II cantando en los parlantes.
La túnica tenía sentido, ya que era la #IAUDM “Iglesia de los Asados de los Últimos Días del Mes”, pero ¿y la Pilsen? ya que la segunda denominación del grupo eran los #OpenHeineken
Para romper el hielo pregunté si iban al concierto. Craso error.
La respuesta era tan obvia, que lanzaron una carcajada diciendo que no, que irían al concierto de Violetta.
Comenzó a llegar más gente, con remeras de Iron Maiden, Slayer, Kreator, y a correr más rápido el único vaso. Aclararon luego, que la Pilsen se debía a que se habían gastado todo en las entradas como para adquirir la marca oficial del grupo.
La aclaración casi estuvo de más, ya que el lugar minado de barrilitos de Heineken servían de prueba.
Caifanes dio un paso al frente, presentando a la iglesia: el como pontífice; Claudio, el dueño de casa, diácono; y Coco, el monaguillo.
Según contó, la reunión de metaleros llegó a congregar, en una jornada, a cerca de 500 personas, motivo por el cual, tuvieron que hacer una minuciosa selección en las futuras invitaciones.
A pesar del corte drástico, a las reuniones sigue asistiendo mucha gente, aunque la iglesia sólo tenga 27 miembros oficiales, a la cual se accede, luego de un análisis y votación del grupo; y la entrega de una ofrenda consistente en un asadacho.
La iglesia se reúne los miércoles de noche y el grupo grande los últimos días del mes.
En un principio se permitía el acceso a las mujeres, amigas y novias, pero luego, según cuentan, por ser generadoras de chismeríos, fueron inhabilitadas.
El menú infaltable es el asado de cualquier cosa que tenga carne, vaca, armadillo, yacaré, etc.
Nunca ensalada, pan o chorizo.
Y el parrillero, como acto de sacrificio, no come.
El primer mandamiento.
Si existe una regla acordada y recordada en la #IAUDM, es que la costilla sólo puede ser asada del lado del hueso, considerándose como pecado mortal, so pena de excomunión dar la vuelta.
Esta regla llevó inclusive a la creación de la modalidad “costilla sobre costilla”, cuya cocción es obvia.
En un momento nos pusimos al lado de la parrilla, donde Caifanes, quien es ingeniero de sonido en la Rocka, afinó el oído y reclamó a Claudio, a quien denominó su mejor alumno, que la carne estaba llorando.
¿Qué resulta de esta doctrina? Para mí, que estoy acostumbrado a la costilla asada en 360º, me sorprendí probando una carne ultra tierna, blanda y jugosa y visualmente, una carne con 3 colores de cocción.
Tal vez, el secreto se encuentre en el exorcismo de la carne: un crucifijo improvisado en el fuego.

#IAUDM está formado por integrantes de los grupos Funeral, Suicide Note, Ripper, entre otros, y aficionados del metal.
Avanzaba la tarde, las puertas de acceso al concierto ya fueron abiertas, se rumoreaba sobre pruebas de sonidos, detalles sobre la estadía del grupo central y su actuación en el Rock in Río.
En #IAUDM la ansiedad aumentaba, los vasos se quedaban menos tiempo en cada mano, algunos se perifollaban, otros seguían intentando conseguir entradas, cada tanto se escuchaba ¿y vos que a que sector te vas?
En eso, llegó otra túnica negra y una parejita que era blanco de bromas.
Se hicieron anuncios, como el de Caifanes que fue nombrado como corresponsal para Paraguay del Cuartel del Metal.
De a poco, la ceremonia de la carne llegaba cada vez más a su fin, feligreses e infieles se dirigían al Jockey a encontrarse con sus dioses.