El asado no es solo una buena excusa para pasar un buen momento con familiares y amigos, sino que también está ganando espacio en las empresas. Luego de una semana con mucho trabajo o durante una importante reunión de negocios, no existe nada más estimulante que limpiar la parrilla, tirar unos buenos cortes y disfrutar del asado corporativo.
Últimamente en las grandes empresas es común realizar un asado en medio de la semana, con el objetivo de romper con la rutina, distenderse entre los jefes y compañeros, y crear un mejor ambiente laboral que beneficie a todos.
Estos encuentros pueden ir en cualquier día y a cualquier hora, desde pequeños almuerzos en un departamento de 8 personas hasta grandes eventos con más de 400 participantes, no importa qué tipo de actividad se celebre, el menú elegido es el asado.
La importancia de que se generen estos espacios se encuentra en la gran unidad laboral que se logra luego de estas reuniones tan distendidas. Y como era de esperarse, la pasión que logra que todos se junten y olviden sus problemas por un instante es el asadacho.
Por eso muchas empresas ya tienen preparados un espacio ideal en donde está esperando la parrilla, ya sea para festejar un logro conseguido o inspirarse en una nueva meta. El asado hace que muchos se olviden del estrés, consiguiendo de esa forma trabajar sin estar presionados y poder ser más proactivo en sus funciones.
Además, no hay nada mejor que un asado para generar nuevos vínculos en cualquier tipo de organización. Es mucho mejor compartir un asado en el propio lugar de trabajo con los jefes y compañeros, que alquilar un restaurante o local en donde todos estén alejados.
Un ejemplo del Asado Corporativo es la modalidad que propone la empresa Galicia Seguros en la Argentina, que mensualmente elige a un pequeño grupo de clientes para que puedan disfrutar de un asado en la terraza del edificio corporativo de la empresa. Estas reuniones tienen como objetivos afianzar los vínculos con los clientes.
Aunque lo más común en este tipo de iniciativas es la de retribuir a los propios empleados por sus logros conseguidos o haber cumplido con sus objetivos mensuales.
Los asados se suelen organizar en los comedores y patios de las empresas, durante ese día los empleados viven una experiencia diferente que rompe con la monotonía del almuerzo diario. Con esto se logra una mayor cercanía entre los empleados y los jefes, tirando muchas barreras que a veces dificultan esa relación en el trabajo.
Esta actividad está siendo imitada por muchas empresas, quienes ven ella un gran potencial para afianzar al gran capital humano de sus proyectos.
Desde el taller mecánico de tu barrio, hasta los grandes edificios corporativos de la ciudad, no hay mejor estímulo para los trabajadores que un buen asado. Por eso, si tu jefe todavía no se enteró de esta iniciativa, es el momento de que lo comentes para las próximas reuniones motivacionales.
Si todavía no te organizaste con tus compañeros para armar el pequeño quincho en el laburo, ya estás perdiendo el tiempo.