Su presencia en el asado puede pasar desapercibido, su valor en la parrilla puede estar subestimada, pero lo cierto es que el choripán es infaltable y nunca defrauda. Para este sándwich de la parrilla no existen barreras sociales, sexo, ni edad. El Choripán está en todas.
El choripán no guarda muchos secretos, consiste solamente en un chorizo bien cocinado a la parrilla que es colocado en medio de un pan. Quizás esta practicidad es lo que a muchas personas le fascina, haciendo del chori un acompañamiento eficaz para los asados.
Para conocer su origen debemos retroceder hasta llegar a los últimos años del siglo XIX y situarnos en las áreas rurales de las pampas argentinas, por esas regiones los gauchos tenían la fama de cocinar asados con motivo de cualquier celebración. Pero antes del asado tenían como aperitivo comer unos extraños embutidos dentro de un pan, el futuro choripán.
Con el tiempo el choripán fue evolucionando, viajó desde el campo y llegó a la ciudad. En los estadios de fútbol encontró su mejor hábitat y de noche a la mañana paso a convertirse en un plato tradicional y menú favorito de muchas personas.
En la actualidad el choripán se encuentra entre las propuestas de muchos bares y restaurantes, pero el paisaje más típico en donde se encuentran los mejores choripanes son los puestitos ambulantes que se encuentran en cualquier esquina de la ciudad.
El choripán es una de las comidas informales más conocidas y cumple con tres características esenciales de este género: es fácil de hacer, es rápido para comer y para todos resulta muy económico. Con estas características, no hay excusas para no disfrutar de un buen choripán.
El choripán cumple casi la misma función que el asadito, la de ser una versión personalizada de lo que habitualmente se comparte en la parrilla. Inclusive existen encuentros excesivamente informales con los amigos en donde el menú únicamente es el choripán.
Fenómeno regional
El choripán es originario de Argentina y de ahí se ha extendido a otros países como Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile. En todos estos países el choripán cumple la misma función, aplacar la ansiedad cuando el asado se esté cocinando en la parrilla.
En Brasil se lo conoce como “salchipao”, en Chile las personas utilizan una salsa especial llamada pebre para acompañar a sus choripanes. Además, el choripán se ha instalado en más allá de Sudamérica llegando inclusive hasta los Estados Unidos.
Se estima que solo en la Argentina se consumen anualmente unos 600 millones de choripanes, esto refleja la popularidad de un de esta peculiar comida.
Es que la necesidad de disfrutar un poco del aroma y el sabor de la parrilla, hacen que propuestas como el choripán y los asaditos estén esparcidos por toda la ciudad. Desde un estadio de fútbol, hasta una reunión con amigos, desde la salida de una fiesta hasta un improvisado almuerzo en el trabajo. El chori está en todos lados.