Las picadas cumplen una función muy importante en nuestros encuentros. Ellas nos permiten aguantar el hambre mientras el asado se va cocinando sobre la parrilla. Preparar unas buenas picadas para nuestros invitados puede marcar la diferencia y darle un toque especial a nuestras celebraciones.
Cuando el asado se está cocinando es común escuchar que alguien pregunte si hay algo para “morder” o “masticar” mientras tanto. El aroma de la parrilla, que empieza a envolver al ambiente, despierta el apetito de los invitados. Para que la espera no sea larga se deben preparar unas buenas picadas que nos saque la ansiedad por un instante.
La historia de las picadas comienza por el asado. Así podemos encontrar que en las primeras parrilladas se asaban chorizos para aguantar el hambre durante la cocción del plato principal. Esta costumbre fue evolucionando y en la actualidad las propuestas son más diversas, haciendo que las picadas no dejen afuera a nadie.
Es por esto que el asado es mucho más que la carne puesta sobre las brasas. También incluye una buena organización, eligiendo y preparando los bocaditos que serán parte de la picada. Generalmente son derivados de los embutidos, como chorizos, morcillas, jamones y en otras veces diferentes tipos de queso.
Las opciones de las picadas varían de acuerdo al presupuesto que tengamos en ese momento. De esta forma puede ir desde unos simples chorizos, hasta una gran variedad de quesos, verduras y embutidos de gran calidad, de acuerdo a la ocasión.
Las picadas se distinguen de cualquier tipo de comida por su practicidad. Otra de sus funciones, aparte de atajar el hambre mientras el asado se cocina, es la de romper el hielo durante un encuentro. Es común que la gente se sienta más suelta y distendida cuando comparte algo en particular con otras personas, en este caso la comida.
Pero en el tema de las picadas no es todo color de rosa, existen muchos fanáticos de la parrilla que están en contra de la inclusión de esta costumbre en los asados. Según ellos, las picadas no hacen más que alterar y desviar la atención de lo que realmente se trata el encuentro: un asadacho sobre las brasas. Además afirman que comer algo antes del asado le saca todo el entusiasmo a este último, por lo que las reuniones no tienen sentido.
Toda esta diversidad de opiniones ha generado una gran cantidad de debates que no llegan a tener final bien justificado. Aún así, el estómago de los invitados es el que tiene la última palabra sobre esta cuestión. Lo aconsejable sería tener preparadas algunas picadas para ayudar a reponerse a aquél que sucumbe al hambre a mitad de camino.
Las bebidas de las picadas
Las bebidas son fundamentales en una picada, ya que los embutidos o quesos que consumismos deben ser acompañados por algunas bebidas que sepan sacar el mejor lado de cada uno de ellos. En este sentido, generalmente son acompañados por una buena cerveza, quien es la compañera imprescindible en un asado.
Pero lo mejor para acompañar unas picadas sería la de tener unos buenos vinos a nuestra disposición. La fusión entre algunos de los embutidos y la delicadeza de un buen tinto, provoca una experiencia muy agradable en el paladar. También pueden ser acompañados con una infinidad de tragos, las opciones son diversas y ya dependerá del gusto de cada uno.
La presencia de unas buenas picadas en el asado es un aspecto muy importante, no solo porque permite amagar el hambre por un instante, sino también es una forma de brindar a nuestros invitados todas las opciones posibles para que se sienta a gusto y puedan disfrutar de una buena reunión.
No me vengas con excusas, anda busca unos buenos choricitos y prepara la parrilla para el próximo encuentro!