El aroma se desprende de la parrilla y abre el apetito, nos invita a buscar algo con que aplacar la ansiedad de nuestros deseos asadísticos. En ese instante, en donde se nos hace agua la boca, aparece el chorizo (primo hermano de la carne, gran aliado junto a la morcilla) para calmar al hambre y actuar como una especie de pre calentamiento para lo que se viene.
Otras veces llegamos a una época en donde hay que ajustarnos el cinturón (fin de mes ponéle), y el presupuesto es escaso para hacer un buen asado como la gente. Entre la duda de no soltar los últimos pesos que nos quedan y tampoco dejar de lado el ritual de la parrillita, recurrimos al práctico choripán, picante y salvatore que acompaña una noche ideal de risas y birras.
Por eso, si sos fanático del chorizo y crees que es una parte esencial del asado, este post te ayudará a tener una idea de cómo realizar tu propio chorizo casero. Algo con lo que podrás lucirte como el rey de la parrilla o tener una simpática anécdota para el futuro. Lo importante, es animarse.
No existe una técnica absoluta para elaborar un chorizo casero. Los gustos de cada uno influyen al momento de salar o elegir el contenido del chorizo y eso no es ningún pecado, pero antes de hacerte la idea de ser un Messi de la parrilla, deberías tener en cuenta estos pasos:
INGREDIENTES PARA EL CHORIZO CASERO:
– Carnes magras.
– Sal.
– Tripas artificiales. (Esto lo podés conseguir en el súper, el mercado 4 o de San Lorenzo y varios frigoríficos (Concepción, Importadora San Luis)
– Aderezos (quesos, verduras, picantes).
– Ganas y buena música de fondo.
PREPARACIÓN:
1- Elegí las carnes que vas a usar para hacer el chorizo casero. Normalmente se usan casi todas, menos la más nobles (lomo, solomillo, tapa cuadril, etc.) y las menudencias como pulmones, corazón, la cabeza, etc.
2- Asegurate de que las carnes estén bien picadas. Separálas en recipientes para luego hacer las mezclas.
3- Agregá la sal a cada recipiente (de 18 a 20 gramos por kilo de carne). Asegurate de mezclar la carne para que pueda absorber la sal en su justa medida.
4- Añadí en los recipientes algún tipo de aderezo como extra. Pueden ser trocitos de queso, verduras o lo que más te guste.
5- Una vez que hayas mezclado todo el contenido, podés freír una partecita para ver si está bien salada. Si no lo está, volvé a realizar el paso número 3.
6- Rellená las tripas artificiales con las mezclas realizadas, asegurando que quede bien embutido para que el chorizo no se eche a perder.
7- Dejá reposar el chorizo un par de días en un ambiente fresco y libre de moscas.
8- Hacé el intento, colocalas en la parrilla el día del asado y ¡disfrutalo con tus amigos!
Y vos, después de esto, ¿te animás?, ¡Metele pues!.