Aunque parezca poco creíble, el asado tiene la fuerza de cambiar personalidades y transformar actitudes cuando se encuentra en el centro de la atención. Realizar encuentros entre amigos y familiares muchas veces despierta rincones de nuestro carácter que andaban dormidos, y cuando llegan esos momentos reflejan el lado más especial de nuestra personalidad.
Por eso juntamos a unos cuantos personajes de la fauna parrillera, lo pusimos en un diván y nos pusimos a analizar sus obsesiones, sus miedos y las manías que presentan cuando tratan de ofrecer el mejor de los asados a sus invitados. Dale una mirada a la lista y fíjate si no eres uno de estos personajes.
LOS PARRILLEROS
- El Místico
Este parrillero es un maestro zen que sólo realiza un asado cuando las fuerzas cósmicas están bien equilibradas o simplemente en su cumpleaños. El Místico invita a todas sus familias y amigos al patio de su casa y tira sobre la parrilla algún lechoncito que fue sacrificado con sus propias manos y al que le prepara un ritual tribal con todos los respetos que se merece. Una mesa bien organizada, unos cubiertos hermosos y una cerveza hecha para los dioses complementa toda su actividad. Para el místico, el asado es algo más que carne, roza lo etéreo y eso hay que respetarlo.
- El Obsesivo
El obsesivo no puede pegar un ojo en la noche previa al asado y sufre un terrible ataque de ansiedad que no descansa hasta que el último comensal se haya levantado satisfecho de la mesa. Este tipo de parrilleros odia los supermercados y consigue los mejores cortes de las carnicerías que solo él y el dueño de ese local conocen. Se preocupa de la sal, de la parrilla, del fuego y proyecta todas sus manías en su ayudante, que suele ser un hijo pre adolescente. Si ves a un parrillero frotándose las manos constantemente o moviendo el pie a un ritmo acelerado y te sonríe irónicamente cuando pilla que lo estas mirando, estás ante un obsesivo.
- El Transgresor
Este tipo de parrilleros se rehúsan a todo tipo de convencionalismos y pretenden darle al asado un nuevo giro. Así encontramos nuevas modalidades en el uso de la parrilla, firuletes con los cuchillos, los carbones, y el fuego, desatando la euforia de los invitados, en especial de los niños. El parrillero transgresor altera los secretos parrilleros que han pasado por generaciones, probando con la mezcla de carnes, condimentos y bebidas, fusionándolos en un extraño ramdon gastronómico. A este grupo de parrillero se deben innovaciones como el asado para vegetarianos o los postres en el asado. El transgresor rompe todos los moldes.
LAS ANFITRIONAS
- La Quejosa
Cuando hay un asado en su casa este tipo de anfitrionas tienen la cara larga, la gente le habla con ganas, pero la quejosa ni mu. Lo que pasa es que sabe nadie se quedará a lavar los platos y está preocupada de que sus invitados ensucien torpemente su casa. Esta anfitriona no suele sacar las cosas en cara, pero cuando se cruza en un momento a solas con su marido descarga toda su ponzoña contra el pobre hombre. Uno de los tics más comunes de la quejosa es la de despejar la mesa lo más rápido posible como una señal para que todos se vayan, lo que no sabe es que la fiesta recién está comenzando.
- La miedosa
Estas chicas suelen ser mujeres recién casadas o que están por primera vez en alguna relación y cuando su pareja le dice para organizar un asado no tienen idea que hacer o que función cumplir. Va al súper y compra cualquier corte de carne, en vez de lechugas trae acelgas y pasa toda la mañana tratando de imitar una receta cool que vio por cable. Cuando llega el día del asado el miedo le carcome el alma, pero todo los errores son perdonados por sus amigos ya que lo único que quiere es hacerlos sentir de la mejor manera.
- La Desastrosa
Estas son aquellas que no tienen ganas de organizar un asado, superaron la etapa de la quejosa y la miedosa, son más grandes y no se preocupan por aparentar. La mesa que organiza siempre tiene un mantel viejo con los cubiertos medios sucios, las ensaladas están mal condimentadas y solo están para la anécdota. Cuando alguien va en busca de hielo para la gaseosa, no lo encuentra o sino mientras el esposo hace el asado ella se pone a bañar al perro, para después sentarse a la mesa. La desastrosa sabe que es desastrosa y no hace ningún sacrificio para ocultarlo, total que van a decir la gente si es la dueña de la casa.
LOS INVITADOS
- El no-invitado
Siempre, pero siempre que se haga un asado, no importa el lugar que sea, caerá una persona que no fue invitada y además que no cae bien al 80 por ciento del grupo, tal vez solo al parrillero o alguien más. El no-invitado es el que más disfruta de la parrilla, arrasando en el almuerzo plato tras plato y bebiendo toda la cerveza que fuera posible. Pero todo no termina acá, luego de la sobremesa pide un cuarto para echarse a dormir un rato y piden que le despierten a una determinada hora.
- La niños
Los niños son adorables y pasar un domingo con ellos es un momento agradable, pero hay tipos de niños que son pequeños huracanes llenos de caprichos, estos chicos, que algunas veces se pasan de pesados, reclaman porque no hay tal marca de gaseosa o porque no hay cable en la casa para ver los dibujitos. Además a veces hay que obligarlos a comer el asado cuando tenían ganas de comer pollo o una galletita. Al final de tanto juego y griterío se echan a dormir una interminable siesta.
- La chica hippie
En una reunión nunca falta la presencia de una hermosa y peculiar señorita que hace que todos peguen el grito al cielo al momento de comer cuando ella dice que es vegetariana y que por eso no podrá comer el asado. A partir de ese momento las miradas y preguntas se centran sobre esta chica de pelo suelto y ropa colorida, lo más común es que esta chica sea la novia del joven rockero de la familia. Los padres del chico le ofrecen milanesas de soja o le dicen para pedir delivery de algún restaurant vegano. Ella pide que no se preocupen, que se arreglara con alguna ensalada. Al final no come nada y todos se ponen incomodos y silenciosos, tratando de comprender como la joven todavía no se ha desmayado.
La gran diversidad personajes que se encuentran en un asado es inagotable, no importa qué tipo de carácter tenga cada uno de ellos, al final todos terminan pasando un buen momento, comprendiéndose de la mejor manera.