A la parrilla

Experimentando con el asadacho: a probar el matambre!

frankenstein asado

Cuando de salir de lo convencional se trata, existe una ventaja que debe ser bien utilizada: la creatividad.

Como en todos los ambientes de la vida misma, en los del parrillero, de vez o mes en cuando puede resultar interesante apartarse de lo tradicional y sorprender (se) un poco con algunos cortes y/o técnicas de cocción que no todos los perros manejan, en síntesis: hacerse del ídolo.

Hay que atreverse, dejar de lado el tanden costillita-vacio-choris y empezar a explorar más en la góndola de los cárnicos. Tener al alcance un buen cupin o matambre, y si hay más presupuesto, elegir una buena tapa-colita cuadril o un buen bife de chorizo.

Lo bueno de estos cortes es que se prestan para “experimentar” con ellos, tanto para cocinar como para macerar y/o marinar.

Particularmente soy de la teoría de bichear algunas que otras recetas en la web y darle ese toque personal cuyo resultado puede llegar a hacerte merecedor de un “gran puta que rico está esto” o de “boludo, qué carajos?!?!”. Y si, en la cocina amateur, la línea entre aplauso/escrache es bastante estrecha.

En mi haber tengo experiencias buenas y malas, pero al final lo que importa es quitarse ese temor de probar y ganar en confianza, abrir la mente a los distintos sabores que la carne puede adquirir (por las dudas las primeras veces comprate unos choris por si necesites salvar la situación)

Voy a hacer de “halero” y te voy a dar algunos datos interesantes, empezando con el matambre, corte que tiene en su haber vaarias leyendas urbanas.

TÉCNICA 1: DIRECTO A LA PARRILLA
Varias de las leyendas del matambre lograron que los perros le tengan un cagaso a meterle directo a la parrilla, pero fijate que todo pasa por tener un buen “termostato” y dividir la cocción en dos fases:

Primera, con fuego suave: dobla tipo libro tu matambre, dejando el lado con grasa hacia adentro, 20 minutos cada lado.

Segunda, con fuego fuerte: abrí el matambre, grasa hacia abajo y dale cinco minutos, una última vuelta y grasa hacia arriba luego le rociás con jugo de limón, mientras pasan otros cinco minutos.

La idea principal de esta técnica es que la grasa tierniza la carne.

TÉCNICA 2: TIERNIZADO PREVIO
Si igual no te convence, entonces podés tiernizar antes de tirarlo a la parrilla, aquí el común denominador es poner el matambre en una bandeja con leche y meterlo al horno hora y media aprox, no falla nunca!

Lo interesante de este corte es que tenés una opción de combinar sabores ya que la carne puede adquirir el sabor de un marinado de un par de horas previas y mezclarse con el de una cobertura (matambre a la pizza) o relleno (matambre doblado), recordá que ambos se aplican en la parte final de la cocción.

Un tip no menos importante: previo a cualquier tipo de cocción que elijas, es importante
1-) Sacar el exceso de grasa que pueda tener (ojo! no la saques toda).
2-) Con un cuchillo hacerle una especie de cuadrille de ambos lados.

Te acabo de dar unas buenas excusas para tu primera experiencia de infidelidad con el asado.

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About the author

Dario

Laburante de IT, post-30, carnivoro de corazón y una especie de chef trovador. Tengo el "yo hago el fuego" difícil.

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