Cuando llegamos a casa luego de elegir el mejor corte, nos encontramos con otro punto fundamental en nuestros asados: la sal y la manera de usarla.
¿Con que salamos?
Para salar la carne tenemos dos opciones, lo podemos realizar con sal final o sal gruesa. Para algunos, la sal gruesa es la indicada ya que deja sobre la carne pequeñas perlitas sobre la carne, que al estar en contacto con los jugos del asado, producen un sabor increíble.
Otra opción es salar la carne durante la cocción con una salmuera. Para esto necesitamos diluir 100 gr. de sal gruesa en un litro de agua, lo calentamos a un lado del fuego y luego vamos pintando la carne con este líquido.
Para esta técnica tenga el efecto deseado es importante que la preparación este caliente y que solo mojemos las carnes poco a poco, evitando que caiga mucho líquido sobre las brasas, si esto ocurre nuestro asado puede sufrir las consecuencias del exceso de humo y estropearnos el sabor de nuestras carnes.
¿En qué momento hay que salar?
Muchos parrilleros afirman que el mejor momento para salar la carne, es hacerlo antes de ponerlo en la parrilla. Otros en cambio, dicen lo contrario y afirman que es mejor hacerlo después. Cada método es válido, pero hay que conocer el pro y las contras de cada una.
- Salar la carne antes:
Para esto necesitamos extender la carne sobre una mesa o tabla, luego la cubrimos con sal a través de sus ambos lados, masajeándola suavemente. Para algunas este método es el mejor, ya que la sal forma una costra con la sal y los jugos que resulta exquisita.
En cambio, esta técnica también provoca que la sal absorba los jugos y seque la carne, lo cual es muy cierto si se tiene en cuenta el proceso de osmosis.
- Salar la carne después:
Para seguir esta técnica debemos poner la carne en la parrilla, sin haberlo salado antes. Antes de dar la vuelta debemos salar la carne que esta hacia arriba y todavía se encuentre cruda. Algunos solo salan una parte del corte, otro se encargan de cubrir las dos caras. Con esto evitamos que la sal nos robe todo el jugo de la carne.
A pesar de esto, muchos afirman que la sal no llega a ingresar en la fibra muscular de la carne, lo que deja al centro de la carne sin ningún tipo de sabor.
Bonus track o tercera opción
A parte de las dos opciones anteriores, muchas personas deciden salar su carne cuando esta se encuentra en el plato. Según ellos, la carne conserva todos sus jugos sin secarse en ningún momento, pero los que critican este hábito dicen que la sal no llega entrar en la carne. Esta es una muy buena opción para personas que deban seguir una dieta baja en sodio o con problemas de hipertensión.
No te olvides de tener en cuenta estas opciones para tus próximos encuentros y hacer agua en la boca de tus amigos e invitados!