Guille se lució en el Día del Padre, con este asado como agasajo.
En la parrilla vemos los infaltables choris, así como un par de costillares, vacío y hasta unos chinchulines.
El maestro asador, además nos comentó, que acompañaron el asadacho, con mandioca y abundante líquido vital de cebada y tinto.
¡Sin duda habrán pasado el Día del Padre, muy, pero muy bien!