La costilla o la tira de asado es uno de los cortes más clásicos en nuestras parrillas. Su presencia es imprescindible y cuando se le brinda un buen trato en la cocción, tenemos como resultado una de las piezas más sobrosas que se pueden llegar a asar en una parrilla.
Esta clásica pieza se obtiene con el corte transversal del costillar de la vaca y se encuentra en el medio de otros dos cortes clásicos como el costillar y los bifes anchos que se sitúan en el lado más cercano de la columna vertebral del animal. Lo peculiar de este corte es el hueso tiene, brindando un aroma y sabor especial a la carne.
Otro detalle a tener en cuenta al comprar costilla, es que el hueso del corte hace que la carne sea más pesada, debiendo calcular entre 500 y 600 gramos por persona al momento de comprar.
Costillas a la parrilla
Cuando tenemos listo el fuego con una hermosa montaña de carbón, debemos armar una especie de colchón bajo la parrilla, calculando en qué lugar estarán nuestras costillas. Si sos diestro es importante que tu brasero de reserva este a la izquierda y lugar de cocción a la derecha, en cambio si eres hábil con la zurda el procedimiento es al revés.
Mientras la parrilla va calentándose, podemos destapar alguna bebida y disfrutar del momento. Luego, la limpiamos con unos viejos papeles de diario y luego nos encargamos de colocar nuestro asadacho.
Para empezar lo principal es colocar nuestra costilla con los huesos hacia abajo, esto debe hacerse sin ningún tipo de discusión. Para salar la costilla se debe aplicar una buena capa de sal por la parte superior y ya está. Lo importante al cocinar la costilla es la de ser simples y solo condimentarla con sal, evitando agregar otro tipo de aderezos.
Como toda carne a la parrilla, nuestro corte debe ser cocinado a fuego lento pero de forma constante. Lo recomendable es dejarlo sobre el fuego unos cuarenta minutos del lado del hueso y otros veinte del lado de la carne para que nuestra costilla esta cocinada. Obviamente mientras permanezca mayor tiempo en la parrilla, el sabor de nuestra tira se pondrá mejor.
Además si ha pasado un buen rato y aún lo notamos rojo, podemos asarlo de costado, de esta forma impresionaremos a más de un invitado, quienes quedarán encantados con el resultado final. Para asegurarnos mejor, podemos aplicar el famoso vuelta y vuelta antes de servir, con unos 2 minutos por cada lado.
Costillas a la mesa
Cuando saquemos nuestras tiras de la parrilla, lo debemos llevar a la mesa en una fuente o tabla de madera y lo cortaremos en pedazos de uno o dos huesos. Debemos asegurarnos que al dividir las porciones, estas sean parejas y alcancen a todos.
Después de servir la costilla a la mesa, ya no queda más nada por hacer, excepto descorchar un vino y sentarse a disfrutar de un buen asado con todos los amigos. Es que nuestro encuentro no tiene mucho sentido, si la famosa “costillita”, tan popular y subestimada al mismo tiempo, no se presenta en nuestros asados.