El carbón se volvió cenizas. La parrilla se enfrió. Los invitados quedaron satisfechos. El parrillero fue felicitado como un anfitrión de lujo. Las botellas de cerveza y vino están vacías. Los platos, los vasos y los cubiertos aguardan en la cocina. Y en la asadera hay sobras… para al menos un almuerzo más, pues en estos tiempos de crisis constantes sería un sacrilegio inadmisible desperdiciar los restos de la carne cocinada a la parrilla.
Ante la cuestión de qué hacer con las sobras, hay unas opciones para aprovecharlas en nuevos platos, sin la necesidad de caer en la obligación de comer carne cocida emblandecida por el horno o el microondas.
Cómo recalentar el asado
El asado tiene la peculiaridad de ser crocante en su exterior. Por eso, cuando la calentamos en el horno o el microondas convencional, en una temperatura adecuada, los cortes resultan blandos y pierden su sabor.
“Para calentar el asado y mantener la textura de la parrilla, mojá los cortes debajo del grifo y calentá en un recipiente que levante buena temperatura”, nos recomienda un cocinero.
La solución es calentar el asado en una sartén de gran tamaño. Se puede usar una olla o un recipiente que levante buena temperatura y tenga suficiente espacio para que las piezas no se encimen una sobre otra.
Para calentar el asado y mantener la textura de la parrilla, colocá el recipiente en el fuego medio o moderado, mientras mojas los cortes cocidos directamente debajo del grifo.
No hay necesidad de preocuparse por el sabor y la forma de la carne, que no sufrirán cambios. Mojá bien los cortes y colócalos sobre la sartén caliente, agregando un pequeño fondo de agua si temés que se peguen o si fuesen muy grasosos.
Luego de unos minutos, volteá los trozos (podés tapar el recipiente si querés que la carne se caliente más rápido).
Al final, disfrutá de estas carnes como si fuera el día anterior, como si salieran de la parrilla. Lograrás un sabor similar colocando la carne mojada en el microondas, utilizando sólo la función de grill, pero la opción de la sartén tiene mejores resultados.
¿Y qué hacemos con los chorizos? Los chorizos cocidos pueden ser congelados para usarlos luego en guisos y estofados. Sólo se debe descongelarlos y cortarlos en rodajas gruesas enteras o por la mitad. Los guisos de legumbres son ideales para agregar chorizos blancos y rojos. También podés cocinar los chorizos en preparados de carnes, como pasteles, e incluso cortados en rodajas delgadas sobre deliciosas pizzas de quesos con sabores suaves.
Fuentes: cocina.comohacerpara.com , www.corazondealcachofa.cl, blog.youthtravelargentina.com
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la primera la probé y es una porquertía, la segunda no pienso probarla. Mejor el asado frio!